La contaminación fruto de actividades humanas y el cambio climático agravan el problema.
El aumento de los niveles de sal en los ríos condiciona y provoca importantes cambios en los ecosistemas fluviales. Este aumento de la salinidad no solo atenta contra la biodiversidad de los mismos sino que a medio plazo también se puede convertir en un problema de salud púbica de magnitudes considerables. Por Enrique Leite.
La mala calidad del agua exigirá mas recursos para hacerla potable. Imagen: Wax115. |
Provocado en gran parte por los vertidos incontrolados procedentes de
actividades industriales, mineras y agrícolas y por otra por los efectos
del calentamiento global, la salinización de los cauces de agua dulce
afecta a todas los ríos y lagos el planeta. Desgraciadamente, a nivel
interacional no se han adoptado las políticas necesarias para evitar
este deterioro.
Las amenazas quedan recogidas en un artículo de investigación
publicado por un equipo de científicos a cuyo frente se sitúan Nacis
Prat y Miguel Cañedo-Arguelles, profesores del Departamento de Ecología
de la Universidad de Barcelona, publicado en Enviromental Pollution.
El grupo de firmantes está formado por investigadores
australianos, franceses o alemanes, entre otros. Los investigadores
aseguran que la legislación actual resulta demasiado imprecisa a la hora
de fijar los límites de concentración salina que pueden albergar los
ríos, lo que dificulta en gran medida la adopción de medidas conjuntas.
Esta flexibilidad en el marco normativo, según entienden, ofrece
una idea clara de que los legisladores no están plenamente concienciados
del problema que representa este exceso de sales en las aguas dulces.
De hecho, en la Unión Europea, por ejemplo no existe ninguna directiva
común al respecto y corresponde a cada estado miembro fijar sus niveles
de tolerancia.
Los autores destacan que hoy en día prevalecen los argumentos
empresariales o industriales sobre los ecológicos, lo que dificulta el
establecimiento de una legislación más restrictiva.
Información más precisa
Los ecosistemas de agua dulce están sometidos a una serie de factores naturales que inciden en el aumento de sus niveles de salinidad, como son la geología de los cauces sobre los que se asientan o la climatología.
La interacción con el ser humano, es un factor antropogénico que
ha ido aumentando progresivamente estos niveles. Los vertidos domésticos
o industriales, los generados por las industrias agrícolas, ganaderas o
las industrias de extracción, entre otras, son algunas de las
actividades que han introducido este desajuste que está condicionando la
vida en estos hábitats.
No obstante, no existen estudios pormenorizados de como afecta el
exceso de sal a la funcionalidad de lo ecosistemas fluviales. Del mismo
modo, los científicos subrayan el problema se va a agravar por las
consecuencias del cambio climático para la climatología. Así, destacan
que el riesgo de salinización aumenta en el Mediterráneo, donde se prevé
un descenso del nivel de precipitaciones en los próximos años, un
aumento de la sequía y del consumo de agua.
Derivada económica
El exceso de sal, explican, afecta negativamente la potabilización
del agua. Y esta mala calidad obligará a la adopción de otros sistemas
diferentes a los actuales para que sea apta para el consumo. Una
depuración que incrementa el precio de este bien escaso y el uso de
compuestos químicos -más contaminación secundaria- para su tratamiento.
En el artículo, se apuesta por implantar nuevos modelos más
eficientes de la gestión de este tipo de vertidos y se cita como ejemplo
el modelo que se sigue en el río Hunter (Australia), donde los vertidos
de productos salinos se adaptan al régimen de la corriente fluvial, y
así en función del caudal se regula la evacuación al río de este tipo de
residuos.
Jueves, 7 de Febrero 2013Enrique Leite
Artículo publicado originalmente en http://www.tendencias21.net
Liga al artículo original: http://www.tendencias21.net/La-progresiva-salinizacion-de-los-rios-amenaza-la-biodiversidad_a14969.html
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